

Los hábitos de la modernidad, el trabajo, la comida rápida, el sedentarismo, traen como consecuencias enfermedades crónico-degenerativas. Llámese diabetes mellitus, obesidad, hipertensión arterial, problemas cardiacos, osteoporosis, entre otros.
Al realizar ejercicio físico, nuestro organismo disminuye los factores de riesgo para padecer estas enfermedades, y en caso de ya padecerlas, ayuda a tener una mejoría en cada una de ellas. También mejora la elasticidad, la calidad ósea, y el optimismo, al liberarse factores «antidepresivos» (las endorfinas) en el cerebro, disminuye el estrés y tiene un efecto relajante. Además disminuye los factores de riesgo cardiovasculares.
Al realizar ejercicio, participan diversos órganos. Los principales son: los músculos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos. Lo que sucede, es que con la movilización muscular, se requiere transportar el oxígeno, el cual es regulado por los pulmones, estos, al aumentar la frecuencia respiratoria y la expansión de los mismos, pasan más rápido este oxigeno hacia el corazón y este, a través de los vasos sanguíneos. Con el aumento de requerimiento de oxigeno del organismo, el corazón aumenta sus pulsaciones y la fuerza de expulsión de la sangre, la cual es llevada a los músculos por los arterias. El cerebro » coordina» la adecuada movilización de los músculos.
Al comenzar a realizar ejercicio, empieza una adaptación del organismo. Esto sucede únicamente con el ejercicio regular, constante y progresivo. Los principales órganos beneficiados son el corazón, los pulmones, vasos sanguíneos y el sistema musculo esquelético.
En cuanto al corazón, el ejercicio regular, promueve un descenso de la frecuencia cardíaca en reposo y también durante el ejercicio. Las cifras de presión arterial disminuyen en reposo y durante el ejercicio, experimentan incrementos más leves que en sujetos sedentarios.
El tamaño y las paredes del corazón aumentan ligeramente, mejorando su capacidad de llenado y vaciamiento, por tanto, es un “corazón más eficaz”, capaz de expulsar más sangre en cada latido. Los vasos sanguíneos que irrigan el corazón mejoran la elasticidad. El ejercicio ayuda a que el corazón reciba sangre más fácilmente y más fácilmente sea enviada hacia los tejidos.
Una definición sencilla del ejercicio cardiovascular es todo ejercicio que aumenta la frecuencia cardíaca a un nivel donde aún es posible hablar pero se empieza a sudar un poco.
Para disminuir el riesgo de lesiones musculo esqueléticas, es necesario primero realizar el calentamiento y estiramiento de los músculos empezando con el cuello, luego las extremidades superiores, el tronco y las extremidades inferiores, esto para evitar lesiones musculo esqueléticas o de las articulaciones, principalmente en las caderas, rodillas o tobillos. Luego, gradualmente se realizara el ejercicio cardiovascular, tal como gimnasia aeróbica, trotar o caminata.
A los principiantes se les recomienda comenzar con pocos minutos, y paulatinamente ir aumentando el tiempo.
Importante tener presente; «El movimiento, es vida»
JESÚS RAÚL ARJONA ALCOCER
CIRUGÍA ARTICULAR Y ARTROSCOPÍA
Hospital Galenia, líder en turismo médico
Por una cultura de salud y prevención – Actitud Saludable
