
La «seguridad» de los alimentos que consumimos, no ha sido tema de preocupación para muchos consumidores, porque la industria de la agricultura ha anotado una y otra vez que los químicos son necesarios en los cultivos y las cantidades residuales de pesticidas, son «mínimas» y relativamente inofensivas. Sin embargo, la realidad es otra, muchos pesticidas se encuentran en grandes cantidades en los alimentos que consumimos, son altamente tóxicos para el organismo y se han relacionado con la aparición de cáncer, problemas del sistema inmune y muchas otras enfermedades crónicas. Y contrario a las creencias populares, muchos pesticidas no se «lavan» con el agua.
De ahí el auge que en los últimos tiempos esta teniendo los alimentos orgánicos que son productos agrícolas o agroindustriales que se producen de forma biológica, donde en ninguna etapa de su producción intervienen el uso de herbicidas o pesticidas químicos, agroquímicos, fertilizantes sintéticos, hormonas de crecimiento en la alimentación de los animales.», así como tampoco en los suelos donde son cultivados. Significa también que se respeta los ciclos de la naturaleza y elaborados con base a métodos agrícolas tradicionales bajo un conjunto de procedimientos denominados «orgánicos, estos procedimientos tienen como objetivo principal la obtención de alimentos más saludables y la protección del medio ambiente por medio del uso de técnicas no contaminantes, y que además disminuyan el empleo de energía y de sustancias inorgánicas, sobre todo si son de origen sintético.
Para algunos, la palabra «orgánico» significa nutritivo. Para otros significa alimentos más limpios y seguros; incluso, están quienes entienden por «orgánico» aquellos alimentos producidos sin causar polución o dañando lo menos posible el aire, la tierra y el agua.
El gran beneficio de estos alimentos y productos orgánicos es que están absolutamente libres de residuos químicos. No están permitidos los aditivos y conservantes, plaguicidas ni fertilizantes, tienen nulos residuos de medicamentos veterinarios, no contienen hormonas, ni metales pesados y no pueden ser irradiados.
Se llama orgánico a aquel producto que cumple con ciertos requisitos bien establecidos:
En su cultivo no se usaron fertilizantes, insecticidas o fungicidas químicos; en vez de ello se emplean métodos alternativos para el control de plagas y se elaboran compostas para devolver al suelo los nutrientes perdidos.
Se realizan prácticas culturales específicas para conservar la tierra y sus nutrientes, como al hacer terrazas o barreras naturales para evitar la erosión.
Se cuenta con una certificación vigente avalada por alguna instancia reconocida.
Estos puntos deben realizarse durante dos o tres años antes de que un producto pueda llamarse «orgánico»; sólo entonces los organismos de inspección avalan que dichos productos realmente son orgánicos
Las pautas que se deben respetar para obtener la certificación de “producto orgánico” son:
– Mantener la biodiversidad (las características y equilibrio natural del lugar.)
– Ser libre de químicos sintéticos.
– Prohibido el encierro y el maltrato animal.
– Solo se puede utilizar fertilizante orgánico para los vegetales.
Las características positivas que se le atribuyen a los productos orgánicos son difíciles de establecer mientras no exista una regulación general. Por ejemplo para que la leche, sea considerada orgánica, en teoría la vaca debe estar alimentada 100 % con granos que no hayan sido tratados genéticamente ni fertilizados sus suelos. A si como tampoco deben recibir antibióticos u hormonas dichos animales.
Es muy difícil lograr producir alimentos que estén totalmente libres de pesticidas, debido a que en los suelos éstos permanecen largos periodos de tiempo en cantidades insignificantes o pueden contaminarse de suelos próximos a ellos. En pocos lugares del mundo se han determinado definiciones específicas para el uso del término «orgánico» así como tampoco el tiempo de espera que debe pasar desde la última aplicación de químicos en los suelos y el cultivo de un alimento sin ellos.
El problema es que no existe una regulación general que dictamine exactamente qué producto es orgánico, cual casi, y cual no. En la mayoría de los países no hay leyes que regulen el uso de los alimentos y productos orgánicos. Esta ausencia no le da la garantía al consumidor de que el alimento que se vende como orgánico, verdaderamente lo sea. Además, cada vez más estamos sujetos a inescrupulosos comerciantes que venden mentiras.
Los productores de alimentos orgánicos procuran que sus productos estén libres de agroquímicos y no producen alimentos transgénicos. Los cultivos orgánicos son enriquecidos mediante la elaboración de compostas con la finalidad de volver a dar al suelo los nutrientes que entrega a través de los alimentos. Pueden además presentar otras cualidades como un empaquetado ecológico para su disposición al consumidor final.
La única desventaja que podemos mencionar es que, desde el punto de vista económico, el valor de los productos orgánicos es mucho mayor, aproximadamente entre un 20 y 100% mas que los convencionales. Pero vale la pena consumirlos, porque traen menos problemas a la salud.
Como aspectos positivos se puede observar el aumento de la producción agrícola y ganadera de origen orgánico, gracias a la alta demanda de los mercados del exterior.
El papel de México como abastecedor de productos orgánicos en el mercado mundial se limita a tres clases: -productos tropicales que no se cultivan en los países desarrollados (café, cacao, mango, plátano, vainilla, etcétera);–hortalizas de invierno cuando por cuestiones climáticas los países de clima templado tienen un faltante temporal, y –productos que requieren mucha mano de obra (como el ajonjolí).
México tiene un enorme potencial para la exportación de productos orgánicos; ha logrado exportar café, aguacate, vainilla, maíz azul, ajonjolí, hortalizas, hierbas, mango, naranja, papaya, plátano, piña, miel, entre otros, sin embargo, la carencia de leyes y regulaciones propias, ha limitado su crecimiento.
El aspecto más rezagado de la producción orgánica en México es el consumo interno. Mientras que en países como Alemania el 85% del consumo orgánico es de producción local, México exporta el 85% de su producción, y sólo el 15% se destina al consumo interno.
Está comprobado que la salud del hombre depende directamente de los alimentos que ingiere. Por lo tanto, una buena nutrición con productos orgánicos es indispensable para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.
Si la gente sigue la tendencia, a través del consumo de alimentos y productos orgánicos, mejor será para la salud de la comunidad en su totalidad.
OFELIA ARENAS ORTEGA
NUTRICIONISTA Y DIETISTA
Clínicas de especialidades Cancún