En la actualidad se conoce la importancia de identificar en forma temprana la existencia de un Síndrome Isquémico Coronario Agudo (SICA), tales como la Angina y el Infarto Agudo del Miocardio, que tiene como sustrato la ausencia o disminución del flujo sanguíneo al musculo cardiaco originado por la formación progresiva de placas de aterosclerosis dentro de las arterias coronarias, que en un momento, dichas placas sufren fisura o ruptura, y debido a la liberación de sustancias vasoactivas y a elementos de la inflamación que finalmente, se produce la formación de un trombo que obstruye total o parcialmente la luz del vaso coronario.
Del 100% de la personas que sufren un infarto, el 50% muere antes de recibir algún tipo de atención médica, ya sea por falta de atención por parte del paciente; retraso en la llegado del paciente al hospital y/o retraso en la atención medica. El 25% mueren y de éstos el 12.5% no recibieron atención médica debida a muerte súbita, por la presencia de arritmias en la fase temprana.
En la actualidad se ha disminuido progresivamente la mortalidad con medidas preventivas enfocadas a la educación del paciente, acerca de los factores de riesgo coronario, de los síntomas y de acudir en forma temprana a los servicios de urgencias, con la finalidad de brindar un tratamiento de reperfusión rápida, para evitar complicaciones cardiovasculares, preservar la función cardiaca y mejorar la supervivencia de los pacientes. Los SICA en América tiene una mortalidad de 475 000 muertes por año, incluyendo ambos sexos.
Son los más comunes sin embargo en los pacientes que padecen diabetes mellitus, estos pueden variar: dolor ardoroso o quemante en el pecho o simplemente presentarse como una falta de aire que aparece de forma repentina.
El tratamiento definitivo es realizar una exploración angiográfica (cateterismo cardíaco), que implica el introducir un catéter por la arteria femoral para llegar hasta las arterias del corazón. Una vez situados en ese punto se dispara una sustancia llamada medio de contraste para “Pintar” las arterias y determinar el sitio exacto de la obstrucción. Una vez realizado esto se procede a destapar la arteria colocando un Stent.