La miopía es un error de refracción en el cual los objetos cercanos se ven con claridad pero los objetos lejanos se ven borrosos. Los errores de refracción son trastornos oculares muy comunes con diferentes síntomas, sin embargo, todos se caracterizan por la dificultad del ojo para enfocar nítidamente las imágenes.
Los errores de refracción más comunes son:
El término “miopía” deriva del griego y significa “cerrar los ojos”, dicha referencia hace alusión a la principal característica del paciente miope: entrecerrar los ojos.
La miopía es hereditaria, es decir, si uno de los padres es miope, incrementa la posibilidad de que los hijos también lo sean. Puede afectar tanto a niños como adultos y frecuentemente se diagnóstica en niños entre los 8 y los 12 años de edad.
Los signos y síntomas de la miopía incluyen:
La miopía se puede diagnosticar por medio de un examen oftalmológico completo, que puede incluir el uso de tablas optométricas para medir la calidad de la visión lejana, la tabla más utilizada es la tabla optométrica de Snellen.
El médico también se ayudará de algunos dispositivos de examen para determinar qué está causando la miopía:
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La miopía se puede corregir con anteojos, lentes de contacto o cirugía. Ningún método es mejor que el otro, la corrección más adecuada dependerá de los ojos de cada paciente y de sus necesidades según su estilo de vida. Es importante platicar con el oftalmólogo las inquietudes para que entre los dos puedan decidir cuál es la corrección más efectiva para el paciente.
La miopía generalmente inicia en la infancia. Muchos niños piensan que su visión borrosa es normal, por lo que se recomienda acudir con un oftalmólogo y programar un examen de la vista completo al comienzo de cada ciclo escolar.
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