La cardiopatía isquémica y el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) son dos condiciones de salud con una relación estrecha y, a menudo, subestimada. Mientras que la cardiopatía isquémica es una de las principales causas de muerte en el mundo, el SAOS es un trastorno del sueño que afecta a millones de personas, muchas de ellas sin saberlo.
¿Qué es la cardiopatía isquémica?
La cardiopatía isquémica, también conocida como enfermedad coronaria, ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia el corazón se reduce debido a la acumulación de placas en las arterias coronarias. Esta obstrucción dificulta la llegada de oxígeno y nutrientes al músculo cardíaco, lo que puede provocar angina de pecho, infarto de miocardio o insuficiencia cardíaca.
Factores de riesgo de la cardiopatía isquémica
- Hipertensión arterial
- Colesterol alto
- Diabetes
- Obesidad
- Tabaquismo
- Sedentarismo
- Síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS)
Entre estos factores, el SAOS ha sido identificado como un desencadenante y agravante importante de la cardiopatía isquémica, aunque muchas veces no se le da la debida importancia.
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¿Qué es el SAOS y por qué afecta al corazón?
El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es un trastorno en el que la respiración se interrumpe repetidamente durante el sueño debido a la obstrucción parcial o total de las vías respiratorias.
Estas pausas respiratorias generan descensos en los niveles de oxígeno en la sangre (hipoxemia) y un aumento del esfuerzo respiratorio, lo que activa mecanismos fisiológicos que afectan directamente al sistema cardiovascular.
Síntomas del SAOS
- Ronquidos fuertes y persistentes
- Pausas en la respiración durante el sueño (reportadas por un acompañante)
- Somnolencia excesiva durante el día
- Dolores de cabeza matutinos
- Problemas de concentración y memoria
- Irritabilidad y cambios de humor
El SAOS no solo afecta la calidad del sueño, sino que también desencadena respuestas fisiológicas que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Relación entre cardiopatía isquémica y SAOS
La apnea obstructiva del sueño y la cardiopatía isquémica están estrechamente relacionadas debido a los efectos que el SAOS tiene sobre el corazón y el sistema circulatorio:
1. Hipoxia Intermitente
Cada episodio de apnea provoca una disminución en los niveles de oxígeno en la sangre, lo que genera estrés oxidativo e inflamación, favoreciendo el daño en las arterias coronarias.
2. Aumento de la presión arterial (Hipertensión)
El SAOS causa activación del sistema nervioso simpático, lo que eleva la presión arterial tanto durante el sueño como en el día. La hipertensión es un factor de riesgo directo para la cardiopatía isquémica.
3. Alteraciones en la variabilidad del ritmo cardíaco
Las personas con SAOS tienen un desbalance en la regulación del ritmo cardíaco, lo que puede aumentar el riesgo de arritmias y episodios de fibrilación auricular.
4. Resistencia a la insulina y síndrome metabólico
El SAOS se asocia con mayor resistencia a la insulina, obesidad y dislipidemia, factores que contribuyen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
La relación entre la cardiopatía isquémica y el SAOS es innegable y, en muchos casos, subdiagnosticada. Identificar y tratar el SAOS a tiempo no solo mejora la calidad del sueño, sino que reduce el riesgo de infarto, insuficiencia cardíaca y otras enfermedades cardiovasculares.
Si sospechas que puedes tener SAOS, consulta a un especialista en trastornos del sueño y cardiología para una evaluación completa. Tu corazón y tu salud en general te lo agradecerán.