La sepsis es una de las principales causas de muerte en hospitales a nivel mundial y, sin embargo, sigue siendo una condición poco comprendida por la población general. Detectarla y tratarla a tiempo es vital para evitar complicaciones graves e incluso la muerte. En este artículo te explicamos qué es la sepsis, cuáles son sus síntomas y cómo se puede prevenir.
¿Qué es la sepsis?
La sepsis es una respuesta extrema del cuerpo a una infección. Cuando una infección no se controla adecuadamente, el organismo reacciona de forma desproporcionada, afectando órganos y tejidos. Esta respuesta inflamatoria generalizada puede provocar fallo multiorgánico y poner en peligro la vida si no se trata de inmediato.
Causas de la sepsis
La sepsis puede originarse a partir de casi cualquier infección, aunque las más frecuentes son:
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Infecciones respiratorias (como la neumonía)
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Infecciones urinarias
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Infecciones en la piel o tejidos blandos
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Infecciones abdominales
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Infecciones relacionadas con catéteres o dispositivos médicos
Cualquier persona puede desarrollar sepsis, pero los grupos de mayor riesgo incluyen bebés, adultos mayores, personas inmunocomprometidas y pacientes con enfermedades crónicas.
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Síntomas de sepsis
Reconocer los signos de sepsis es fundamental para actuar a tiempo. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
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Fiebre alta o temperatura muy baja
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Frecuencia cardíaca acelerada
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Respiración rápida
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Confusión o desorientación
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Presión arterial baja
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Disminución en la cantidad de orina
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Piel fría, pálida o manchada
Si se presentan varios de estos síntomas en una persona con infección previa o actual, se debe buscar atención médica de urgencia.
¿Cómo se diagnostica la sepsis?
El diagnóstico de sepsis se realiza mediante:
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Evaluación clínica de signos vitales y síntomas
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Análisis de sangre (biometría hemática, pruebas de función renal y hepática, lactato, cultivos)
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Estudios de imagen para localizar la infección
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Pruebas específicas según el caso (uroanálisis, gasometría, etc.)
Un diagnóstico temprano y certero permite iniciar el tratamiento adecuado y mejorar el pronóstico.
Tratamiento de la sepsis
El tratamiento debe comenzar de forma inmediata e incluye:
- Administración rápida de antibióticos de amplio espectro
- Control de la fuente de infección (drenaje de abscesos, retiro de catéteres infectados, cirugía si es necesario)
- Soporte de órganos afectados: manejo de la presión arterial, oxigenoterapia, diálisis, etc.
- Monitoreo en unidad de cuidados intensivos en casos graves
La rapidez en el inicio del tratamiento es determinante en las probabilidades de supervivencia.
¿Se puede prevenir?
Sí. Algunas recomendaciones para reducir el riesgo de sepsis son:
- Mantener actualizado el esquema de vacunación
- Tratar adecuadamente infecciones menores antes de que se compliquen
- Seguir prácticas de higiene rigurosas, especialmente en hospitales
- Controlar enfermedades crónicas
- Consultar de inmediato ante signos de infección en personas vulnerables
La sepsis es una condición grave, pero prevenible y tratable si se detecta a tiempo. Conocer sus síntomas y factores de riesgo es clave para actuar oportunamente y salvar vidas. La atención médica inmediata hace la diferencia entre una recuperación satisfactoria y una complicación severa.