Las fiestas decembrinas son sinónimo de celebración, reuniones familiares y platillos tradicionales que esperamos durante todo el año. Sin embargo, también suelen venir acompañadas de culpa, excesos y, en muchos casos, aumentos de peso que después intentamos “corregir” con dietas restrictivas en enero.
Desde Hospital Galenia, la nutrióloga clínica Daniela Vázquez, coordinadora del área de Nutrición, te invita a cambiar esta visión y a entender que sí es posible disfrutar de la comida navideña sin afectar tu salud, siempre que aprendas a relacionarte con los alimentos de una forma más consciente, informada y flexible.
La alimentación va más allá de comer
Para entender por qué en diciembre solemos comer de forma diferente, primero es importante saber que la alimentación no solo cumple una función biológica. También tiene un componente emocional, social, cultural y religioso.
Desde la infancia aprendemos a comer no solo para quitar el hambre, sino también para:
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Regular emociones
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Celebrar momentos importantes
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Sentir seguridad y pertenencia
Por eso, no puedes separar lo que comes de cómo te sientes. Tus experiencias, tu crianza y el entorno en el que creciste influyen directamente en tu conducta alimentaria actual.
¿Por qué en diciembre comemos en exceso?
A lo largo de la vida, muchas personas desarrollan una relación conflictiva con la comida debido a:
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Información contradictoria sobre qué es “bueno” o “malo” comer
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Miedo a ciertos alimentos que generan placer
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Restricciones constantes durante el año
Esto crea una dicotomía peligrosa: alimentos “permitidos” vs. alimentos “prohibidos”. Y justo en Navidad y Año Nuevo aparece el pensamiento de “ahora sí puedo comer todo”, lo que favorece el descontrol.
El problema no son los alimentos, sino el contexto y la forma en que los consumes.
No existen alimentos buenos o malos
Uno de los mensajes más importantes desde la nutrición clínica es este: No hay alimentos buenos o malos, hay contextos y cantidades.
Cuando aprendes a permitirte todos los alimentos de forma informada y habitual, disminuye la ansiedad, el atracón y la sensación de culpa. La clave está en construir una alimentación consciente y flexible durante todo el año, no solo en diciembre.
Alimentación consciente: el objetivo real
En consulta, uno de los principales objetivos es ayudarte a:
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Identificar por qué comes
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Reconocer señales de hambre y saciedad
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Comer con atención plena
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Planear tus comidas
Esta forma de alimentarte te permite disfrutar lo que comes sin perder el control, incluso en épocas tan intensas como las fiestas decembrinas.
8 recomendaciones para cuidar tu alimentación en fiestas decembrinas
1. Planea con anticipación
Si sabes que tendrás una posada o cena, identifica qué alimentos habrá. Durante el día puedes equilibrar tu alimentación con verduras, ensaladas y opciones más ligeras para llegar con mejor balance nutricional.
2. Controla las porciones
Puedes probar de todo sin necesidad de servirte grandes cantidades. Disfrutar pequeñas porciones de varios platillos es mucho más efectivo que comer en exceso un solo alimento.
3. Ajusta recetas tradicionales
Es posible preparar platillos navideños con menos grasa o calorías sin perder sabor. Hoy existen muchas versiones saludables de recetas tradicionales que mantienen su esencia.
4. Cuida lo que regalas
Evita regalar únicamente alimentos ultraprocesados. No sabes si la otra persona está cuidando su salud o tiene alguna condición médica. Regalos alternativos también ayudan a reducir excesos colectivos.
5. Modera el consumo de alcohol
El alcohol aporta calorías vacías que se acumulan fácilmente como grasa. Disfruta con moderación y evita mezclarlo con refrescos o jugos azucarados.
6. Mantén la actividad física
Aunque estés de vacaciones, intenta mantenerte activo. Caminar, nadar o ir al gimnasio aunque sea 30 minutos ayuda a conservar tu gasto energético y tu rutina.
7. Come con atención plena
Mastica despacio, disfruta cada bocado y evita comer rápidamente. Esto permite que tu cerebro reconozca la saciedad y reduce el consumo excesivo.
8. Elige postres caseros
Los postres hechos en casa suelen tener menos grasa y azúcar. Opciones con fruta, gelatina, sorbetes o chocolate amargo pueden ser igual de satisfactorias y más equilibradas.
Evita el ciclo de excesos y restricciones
Cada enero, muchas personas llegan a consulta con problemas de salud que pudieron prevenirse. El objetivo no es restringirte después, sino mantener una alimentación más estable durante todo el año, permitiéndote disfrutar celebraciones sin descontrol.
Buscar acompañamiento profesional con un nutriólogo puede ayudarte a desarrollar estrategias personalizadas y sostenibles.
En Hospital Galenia, el área de Nutrición Clínica trabaja con un enfoque integral que considera tanto el aspecto físico como emocional de la alimentación. La educación nutricional es clave para prevenir enfermedades y mejorar tu calidad de vida.



