Los pacientes con un trastorno psiquiátrico previo al confinamiento podrían agravar su patología y en algunos casos se podría precipitar la aparición de un trastorno psicológico. Algunas de las manifestaciones más recurrentes son: preocupación excesiva al contagio, sentimientos de soledad, palpitaciones, falta de aire, entre otros.
Problemas de sueño: El aislamiento y confinamiento producen efectos negativos en las personas porque experimentan grandes cambios en sus rutinas afectando la cantidad de horas destinadas para dormir.
Problemas para socializar: El aislamiento social prolongado tiene un impacto negativo sobre el sistema nervioso y sobre nuestro comportamiento. Por eso se recomienda estimular las relaciones sociales durante la estancia en casa a través de otros métodos (video llamadas o llamadas telefónicas)
Problemas de ansiedad: La enfermedad causada por el virus SARS-COV-2, ha causado incertidumbre en el bienestar de las personas, provocando preocupación recurrente y por lo tanto problemas de ansiedad. Una actividad física estructurada es eficaz en el tratamiento de pacientes con ansiedad.